
Salmo 32:5-11 (NVI)
5 Pero te confesé mi pecado y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor».
Y tú perdonaste la culpa de mi pecado. —Selah
6 Que te invoquen todos los fieles en momentos que puedas ser hallado; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero no los alcanzarán.
7 Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. —Selah
8 El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.
9 No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno para acercarlos a ti».
10 Muchos son los sufrimientos de los malvados,
pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confían.
11 ¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el Señor! ¡Canten todos ustedes, los de corazón sincero!